21.097 metros. Media maratón. 2 horas y 1 minuto corriendo.
Era mi primer “gran” reto, y el Domingo por fin lo conseguí. Muchos nervios
antes de empezar, incluso los días previos, inseguridad, miedo a sufrir, a no
terminar…ya sabéis.
Una vez más, me
acompañaba Celia, así que llegamos y nos colocamos en nuestro cajón de
principiantes con nuestros dorsales grises, un poco de frío y mariposillas en
el estómago. Fue fácil entretenerse mientras esperábamos. Yo pensaba que el
personal sería muy distinto al que suelo encontrarme en una cursa de 10
kilómetros, pensé que 21 era una distancia considerable no apta para todos…pero
me equivoqué, al llegar a mi cajón dejé de sentirme “especial” de un plumazo.
Una vez más, gente de todas las edades a mi alrededor. Genial, por otra parte. Cuanto
“enfermo” del bueno. Era imposible obviar que era el día de los enamorados,
muchas parejas juntas, dispuestas a hacer los 21 mano a mano, corazones por
todas partes, besos, selfies…bonito, la verdad, por qué no decirlo.
Total, que empezaron las salidas de los primeros cajones,
los aplausos, los gritos, el confeti…empezamos a caminar, pasamos por la
alfombra de salida y a correr!