La grandeza de los deportes
individuales, es sentirse acompañado. Competir contra uno mismo, las
inclemencias del tiempo, los problemas que surgen en carrera, etc. se llevan
mucho mejor cuando escuchas esas palabras de ánimo y conectas la mirada con las
personas que amas. Esas personas que padecen desde el otro lado, los efectos
colaterales que supone el que uno pueda hacer lo que le apasiona. Pero cuando
esa persona también vive ese mundo y se intercambiar los roles, la conexión es
completa.