Yo no sé si fue por lo de correr en casa, si fue la
superluna o los supervirus que teníamos gestándose en casa…el caso es que el
domingo hice un carrerón, ale! Ya me lo digo yo!
Me apetecía mucho ésta cursa, correr en tu pueblo siempre
hace gracia, hay más gente conocida animando y si encima viene familia a verte
ya es la pera. El año pasado, además, hice mi mejor marca aquí, 55:58 si no
recuerdo mal, y fue todo un logro pues no conseguía bajar de la hora. Con
Célia, os acordáis? Este año no la hicimos juntas pero nos encontramos por el
camino. Con ella, y con un montón más, que ese día parecemos una gran familia,
y me encanta el ambientillo.
Este verano me he “columpiado” un poco, y volver a correr me
ha costado, porque ya me cuesta de por sí. Pero éstas últimas semanas he ido
haciendo algunas series matadoras en cinta, y creo que gracias a eso salió lo
que salió.
Igual peco de prudente, o de miedica, o de quejica, o de
todo un poco junto. Pero siempre suelo salir cómoda, y al final intento
apretar. Y lo hago, y lo sufro, pero nunca me quedo con la sensación de haberlo
dado todo, de no haber dejado nada en el tintero. Así que el domingo me
desperté pensando que lo haría al revés: saldría a tope, y cuando no pudiera
más, pues se afloja. O se camina, que tampoco pasa nada.
Fue una mañana fresquita, pero yo me puse “de corto” que
luego vienen los agobios. Además, es que la camiseta de mi equipo me encanta,
había que lucirla! Vimos las carreras de los más peques, saludamos a amigos,
fondistas, familia, vecinos…y nos fuimos hacia la salida calentando un poco. No
planee correr con nadie ésta vez. Bueno sí, con la liebre de 50’, al que vi
poco antes de salir y le dije “eres mi hombre!” y me devolvió un guiño forzado,
probablemente pensado “y esta debe ser la loca del pueblo”… en fin, demasiado
ambicioso correr a su lado, pero tenía en mente llegar aunque fuera pocos
segundos antes de la liebre de 55’, así que el reto era no perder de vista a la
liebre 50’, que no se me fuera demasiado lejos.
Salimos en medio de aplausos y de mucha emoción, y ya en la
primera bajada por la carretera Sansón me sentí bien, me dije “Puedo!”. Ya
había dejado atrás a la liebre de 55’ así que todo según lo previsto. Pasaron
los 3 primeros kilómetros rapidísimo, por debajo de 5 minutos cada uno, y me
notaba forzada pero no dejé que el pensamiento de aflojar me asaltara todavía.
La interminable recta de la Laureà Miró, donde en el cambio de rasante te deja
ver la larguísima hilera de runners que van delante de ti, además del largo
kilómetro recto que tienes por delante mina un poco la moral, pero seguí
manteniendo un ritmo muy rápido para mí. Ya
acercándose el fin de la primera vuelta hubo un plus de motivación pues
estaba mi madre, mi hermana Rebe, Hugo, Nil, Carol y Bruc esperándonos para
animar y hacer fotos, así que llegué y pensé: “ya sólo queda la mitad”. Un
sorbo de agua y de nuevo la bajada del buen rollo.
Adelanté a muchísima gente, los reconocía de lejos y poco a
poco les daba alcance, saludaba justito lo que mi respiración me permitía, y
tras unos segundos…me iba. Se me iban las piernas! No
recuerdo bien qué pasó, sé que iba a tope, que iba fatal de respiración pero no
me quedé con nadie. Quería terminar y mis piernas me estaban riendo la gracia,
así que sólo me concentré en la liebre de 50’, estaba un poco más lejos que al
principio, pero a la vista. De nuevo ya hacía el kilómetro 7-8, la interminable
recta me dio un collejón, y si no fuera porque apareció a mi vera Miguel yo no
sé si el final de la historia hubiera sido tan feliz. Yo iba ya muy cansada,
Miguel también, y creo que los ánimos mutuos (y los tirones de camiseta) nos
vinieron perfectos a los dos para no aflojar después del esfuerzo hecho los
primeros kilómetros. Aguantamos como pudimos, un poco más lentos pero a muy
buen ritmo. Miré mi reloj en el kilómetro 9 y no me lo podía creer!
Ya en la última recta antes de subir a la meta que estaba en
las pistas, escuche a mi Chris gritar animándonos (él ya había terminado hace
rato), subimos la rampita hacia las pistas y ya al ver el arco de meta y a
amigos y familia gritar fue un subidón increíble! Vi el reloj de meta y me eché
las manos a la cabeza (doy fe con la foto de más abajo)!
51:30 mi tiempo final, 4 minutos largos menos que el año pasado, no está nada mal verdad? Fui la tercera local, así que con plus de felicidad!
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