Un nuevo año está a la vuelta de
la esquina. En los días previos al cambio de número, nos hacemos muchas
promesas. Normalmente todas son de buena fe y con previsión de mejorar nuestra
salud, nuestra situación económica, nuestra estética,… Cada cual tiene las
suyas y las decimos en voz alta para intentar convencernos a nosotros mismos/as
y a los que nos rodean, buscando aliados que nos motiven a conseguirlo. Estos
aliados, seguramente han hecho promesas parecidas a las tuyas y te
animarán a que
las consigas. Incluso puede que algunas las hagáis juntos. Luego están los no aliados.
Estos, lejos de motivarte y apoyarte para que te sacrifiques en esos cambios, te
recriminan que siempre dices mucho y haces poco. Puede que sea verdad y que
cada año comentes que vas a empezar a hacer deporte, a hacer dieta, a dejar de
fumar, etc. y abandones al poco tiempo de empezar. Esta rendición, en un alto
porcentaje, es porque queremos progresos a corto plazo. Claudicamos, por la
necesidad de ver resultados a una velocidad que no va acorde con nuestro nivel
de condición física, esfuerzo y dedicación. En la televisión, concretamente en
las series y las películas, los hechos y el tiempo, pasan rápido. En fracciones
de 3 minutos, han pasado meses y/o años. La realidad no es así. Los resultados
no te los regalan, te los tienes que trabajar. No hay otra forma. A no ser, que
tu situación económica te permita conseguir tus objetivos por la vía fácil.
Esto, es más rápido pero la satisfacción no es la misma. Proponerte alcanzar
algún objetivo, es muy parecido a educar a un niño. Si no se esfuerza por
conseguir lo que quiere y le das todo lo que pide, no sabrá valorar las cosas.
No aprenderá lo que significa el esfuerzo y el sacrificio, ni le darás la
oportunidad de saber lo que se siente al conseguirlo. Le prohibirás de
disfrutar la sensación de superarse y vivir ese momento de júbilo que te da el éxito.
Así nos va.
Si de verdad quieres que tus
promesas y objetivos lleguen a buen puerto, se realista. Márcate metas que puedas
cumplir a corto plazo. Si quieres correr antes de aprender a andar, te caerás.
Y puede que te levantes, pero, cuantas veces lo harás? Cuantas veces vas a
resistir los golpes de la caída y volver a ponerte de pie? Esa actitud está
condenada al fracaso.
Con el tiempo que llevo dedicado
al deporte y a la salud, he aprendido y experimentado mucho. He tenido la
oportunidad de nutrirme de las personas, escucharlas, aprender de ellas y
convertirme en mejor profesional. Voy a aprovechar este artículo para dar unos
consejos de nutrición y entrenamiento, que te ayudarán a ver los pasos a seguir
o, por lo menos, a intentarlo.
1. Coge una hoja de papel y bolígrafo.
Describe el objetivo que quieres alcanzar y lo
que estás dispuesto/a a sacrificar para lograrlo. Le pones la fecha y lo
firmas. Habrás creado un compromiso de tu puño y letra. Déjalo colgado en un
sitio visible como la nevera, el armario, el tablón de tu oficina, la taquilla
donde te cambias,… que lo veas cada día para recordarlo. Es el comienzo.
2. Tengas el nivel que tengas, hazte unas pruebas médicas.
Las que yo recomiendo como mínimo, son la Prueba
de Esfuerzo y una Analítica. La información de los resultados de estas pruebas,
es muy valiosa para saber cómo está nuestro cuerpo, y poder marcar las pautas a
seguir tanto de entrenamiento como de alimentación, de una manera más segura y
precisa.
3. Ponte en manos de un/una profesional.
Entrenar y/o hacer una dieta por nuestra cuenta,
sin orden y con lo que hemos visto por internet, es el primer paso al fracaso.
Si te apuntas al gimnasio, habla con un técnico. Si quieres bajar peso, acude a
un/una dietista. Estas personas están para asesorarte y ayudarte en tu camino
hacia el objetivo.
4. Se sincero/a contigo mismo/a y ten paciencia.
Un primer objetivo, puede ser ir al gimnasio
tres semanas seguidas, correr tus primeros 10 minutos seguidos sin andar, bajar
el primer kilo de peso, aguantar la duración completa de una clase dirigida,
nadar 500 mts sin parar, etc. Sea el que sea, pero fácil de conseguir.
5. Siempre de menos a más.
Cuando hayas cumplido el primer objetivo, márcate otro un poco más complicado. Y así, progresivamente, irás mejorando y creando el hábito saludable de hacer deporte y alimentarte correctamente. Si completas los tres primeros meses, habrás roto una primera barrera donde desiste mucha gente.
Cuando hayas cumplido el primer objetivo, márcate otro un poco más complicado. Y así, progresivamente, irás mejorando y creando el hábito saludable de hacer deporte y alimentarte correctamente. Si completas los tres primeros meses, habrás roto una primera barrera donde desiste mucha gente.
6. Para bajar peso, no pases a una dieta estricta de golpe.
Ves eliminando de forma progresiva la bollería,
las bebidas azucaradas, la comida basura y todo lo que no sea saludable. Pero
no lo hagas por completo. Aprovecha y déjate este tipo de alimentos para
premiarte. Cada dos o tres días que cumplas con tu dieta, date un pequeño
capricho, esto te ayudará a resistir. En el fin de semana que es más
complicado, se más flexible y compensa las comidas según tus planes en sociedad.
Si vas a ir de cena, haz un buen desayuno y una comida y merienda más ligera.
Si es una comida, pues desayuna, merienda y cena más suave. Si es un día liado
por completo, juega con el día de antes y el de después. El secreto está en el
equilibrio.
7. Elige bien la ropa y el calzado.
Es muy importante hacer deporte con la ropa
adecuada y el calzado que mejor se adapta a ti. Hoy día, hay mucha variedad de
prendas deportivas en el mercado. Sea cual sea la tienda que elijas, explica al
vendedor/a la actividad que vas a hacer y déjate asesorar. Si te vas a pasar al
mundo del running, un estudio de la pisada para saber calzado has de comprar,
te evitará molestias y posibles lesiones. Las rozaduras de la ropa y un calzado
inadecuado, provocan una sensación desagradable que puede llevarte a rendirte.
Si lo vas a hacer, hazlo bien!
8. Siempre mejor en compañía.
Empezar de cero cuesta, pero si consigues que
alguien de tu entorno empiece contigo, será más llevadero. Os podréis
motivar y animar mutuamente, cuando las
excusas empiecen a aparecer.
Espero que estos consejos te sean útiles y te animes a dar el primer paso. Sólo tienes que querer.
Feliz Año!
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